Cuando los diálogos se encuentran

Desde principios de la década de los 80ʼs, cuando fueron introducidas a nuestras universidades latinoamericanas esas mágicas cajas de inteligencia artificial que nos permitían procesar textos monocromáticos, luego manejar imagen multitonos y finalmente en los 90ʼs con el Internet, la compresión digital de los flujos de audio y video en tiempo real para generar videollamadas, ha existido la imperiosa necesidad de generar espacios de comunicación que permitan desarrollar vínculos humanos para contribuir a la construcción de comunidades académicas.

Al mismo tiempo, esa dependencia por el componente objetual-tecnológico nos ha desbocado hacia una permanente preocupación por mantener actualizando el sistema operativo, por conseguir las últimas aplicaciones, y en especial, por adquirir todo tipo de periféricos que permitan conectar mejor y más rápido nuestra máquina con la de otros, más que preocuparnos por los contenidos de los mensajes que se transmiten. Es aquí donde invito a que nos detengamos un momento para cuestionar: ¿acaso las máquinas son el único camino para mantener actualizado el accionar de las comunidades de diseño?, ¿qué tan frecuentemente recurrimos a la última aplicación del lenguaje como pensamiento, para vincularnos mejor como seres vivos a través de experiencias prácticas relacionadas con nuestro campo de conocimiento creativo?, ¿cuándo nos preocupamos como personas por aproximar nuestro discurso de diseño al que construyen los demás?

La importancia de compartir una taza de café

Aunque la frase de introducción parece una alusión al rico café de Colombia, país en el que lo denominamos "tinto", mi intención es destacar que, al parecer, las anteriores preguntas sobre experiencias de actualización colectiva mediante la comunicación sobre diseño encuentran respuestas más allá de los cotidianos espacios digitales, –cuya importancia es innegable para acortar distancias, como es el caso de FOROALFA–, en algo más entrañable como las vivencias que compartimos en los eventos académicos de diseño y en especial en aquellos recesos como los coffee breaks o almuerzos, en los que podemos tomar un tiempo de manera relajada para encontrarnos y conversar de manera gestual y corporal, dejando momentáneamente de lado las composiciones de pixeles proyectadas a través de pantallas.

Mi invitación es a, sin dejar de lado la tecnología y los sistemas informáticos, rescatar y promover reuniones presenciales que generen este tipo de encuentros académicos de diseño, las cuales permiten que el ejercicio de la conversación se autorregule durante el desarrollo discursivo de carácter colaborativo a un mismo nivel entre estudiantes, profesionales, profesores, investigadores o empresarios, en nuestro caso desde el sistema de conversación humana como alternativa.

Comunicación de más de 140 caracteres

Para explorar mejoras en el sistema comunicativo del diseño desde los eventos académicos, tenemos la opción de experimentar tres niveles de comunicación que van de lo general a lo específico, con la finalidad de construir bases hacia nuestro punto de interés, tal cual es el desarrollo de la comunicación interpersonal, que se puede caracterizar de la siguiente manera:

• Comunicación pública con un nivel estructurado
• Comunicación grupal desde un nivel constructivo
• Comunicación personal desde un nivel informal

La primera etapa, la comunicación pública la encontraríamos en forma de charlas magistrales, que por tradición consisten en dinámicas metodológicas donde son presentados ejercicios de información expositiva unidireccional a través de un sistema de amplificación audiovisual, que permiten compartir algunas ideas con los espectadores, pero sin asegurar que al final se haya propiciado la interiorización por parte de los potenciales interlocutores de esos mensajes, lo que podríamos definir como una comunicación lejana de bajo impacto para actualizar «el sistema operativo del diseño».

La segunda etapa, de comunicación grupal, se constituye en esa modalidad de trabajo conocida como talleres o workshops, consistente en pequeños grupos focales trabajando sobre un tema específico, donde los expositores y público (un grupo de espectadores seleccionados o previamente inscritos) dejan de lado micrófonos y pantallas para empezar a interactuar en un ejercicio comunicativo de doble dirección como grupo de cerebros organizados, lo cual permite construir reflexiones en común; esta etapa la califico como una comunicación cercana con un impacto medio para actualizar las interacciones entre nosotros que considero «el sistema operativo del diseño».

Para finalizar, la tercera etapa o la comunicación personal, es la que he experimentado en contados espacios de socialización informal entre dos o más personas, donde más que postulados, exponemos vivencias, experiencias, génesis de ideas y entrelazamos líneas de pensamiento desde algunos lugares cercanos y otros distantes; esta dimensión podríamos denominarla comunicación intima con alto impacto para actualizar «el sistema operativo del diseño».

Diálogos con el vecindario

Como profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá, he tenido la oportunidad de participar durante los últimos dos años en varios eventos académicos internacionales sobre diseño que hemos efectuado en Colombia, en cada uno de ellos pude experimentar los tres niveles de comunicación anteriormente mencionados.

Mi más esperanzadora conclusión es que de manera sistemática, solo hasta que llega la pausa para el café al terminar el almuerzo, se privilegia de manera natural la comunicación personal de nivel informal con expositores y participantes, lo cual enriquece la construcción de la comunidad de diseño, e implica crecimiento de los alcances de las redes humanas como escenario donde compartimos conocimiento creativo. Entre otras experiencias significativas fui partícipe de los siguientes eventos académicos:

• Interfaces tiempo-espacio del profesor Klaus Krippendorff¹ (Colombia, Alemania y Estados Unidos) en el 2011, donde me encontré con un reconocido teórico del ser humano en el diseño, de barba blanca y aspecto bonachón como Papá Noel.
• Diseño, Identidad y Marca del diseñador Hernán Berdichevsky² (Colombia y Argentina) en el 2012, quien tiene esa particular mezcla de amor propio y capacidad de gestión empresarial.
• La Universidad Kaos Pilots por el Rector Christer Windelov-Lidzélius³ (Colombia, Escocia y Dinamarca) en el 2012, quien como buen escadinavo se destaca por una jovialidad vikinga.
• I Bienal Internacional Tadeísta de Diseño Industrial⁴ (Colombia, Argentina, Francia y Estados Unidos) en el 2012, que comenzó con los ejercicios investigativos del profesor Steven Smith, pasó por una mirada de la ciudad a través de la cámara de Aït Kaci, llegando a las estructuras de Andrés Dejanón, entre otras exploraciones.
• FOROALFA 2012 Bogotá, Encuentro latinoamericano de diseño, branding y comunicación⁵ (Colombia y Argentina) en el 2012, un encuentro muy colombo-argentino, donde destaco a Fernando Del Vecchio como un «diseñista cotidiano» con una interesante óptica financiera.

Todos los espacios y medios que nos permitan interactuar como comunidad académica del diseño son importantes. Me alegra vislumbrar en el horizonte nuevos encuentros de vínculos humanos intercalándose de manera más frecuente con las tradicionales conexiones mecánicas, lo cual facilitará que más diálogos se encuentren cuando nos encontremos en los diálogos.

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